Higiene vocal

Las alteraciones vocales son, por desgracia, frecuentes en los profesionales que sin tener una preparación vocal adecuada, hacen un uso profesional o cuasiprofesional de la voz. En este sector de población se sitúan las personas que requieren del habla para trabajar, como profesores, dependientes, teleoperadores, etc.

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Platón definía la voz como “un impacto del aire que llega por los oídos al alma”. Es nuestro instrumento de comunicación más utilizado y debemos cuidarlo como tal, pues las consecuencias de las lesiones abarcan mucho más que el ámbito laboral. Igual que tratamos de dormir ocho horas, o apartamos la cuarta morcilla del plato al pensar en las paredes de nuestras arterias, o nos cepillamos los dientes antes de dormir, debemos cuidar nuestro sistema fonatorio para que funcione correctamente. Desgraciadamente, tendemos a ignorar los cambios en nuestra voz hasta que se vuelve difícil continuar con nuestras actividades diarias o puestos de trabajo.

Las pautas de higiene vocal están dirigidas a la prevención e incluyen medidas sobre la propia persona, el ambiente y la voz.

         Máximas generales
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Recomendaciones sobre el ambiente

Evitar hablar en ambientes muy secos: utilizar un humidificador; al viajar en avión hay que hidratarse mejor y hablar poco, pues el ambiente es muy seco y hay más ruido.

Evitar los cambios bruscos de temperatura: todo lo que afecte al sistema respiratorio afectará a la laringe. Debe evitarse utilizar la voz (especialmente la profesional) durante procesos catarrales o infecciosos.

No inhalar productos químicos u olores fuertes, pues irritan y secan la mucosa.

Recomendaciones sobre la voz

No hablar en ambientes ruidosos: ante un ruido ambiental intenso, la voz siempre sufrirá. El ruido hace que se pierda el control auditivo de nuestra voz, obligándonos a realizar esfuerzos para oírnos. Debe controlarse el sonido de la voz en todo momento.

No chillar, ni hablar gritando: es el comportamiento de esfuerzo más dañino para la salud vocal.

No carraspear ni toser fuerte: son comportamientos traumáticos para las cuerdas vocales. Se carraspea porque se tiene sensación de cuerpo extraño, de mucosidad adherida en las cuerdas que incomoda. Para evitarlo puede tragar saliva, beber pequeños sorbos de agua, realizar una tos sorda o vahos.

No hablar en exceso: es un comportamiento de abuso vocal. Hay que hablar teniendo en cuenta las posibilidades de cada sujeto.

Evitar los ataques vocales bruscos: el comienzo de la fonación con excesiva presión y tensión muscular es un comportamiento de esfuerzo muy importante que debe eliminarse. Para evitar los ataques bruscos se controlará el inicio de frases con vocales, intentando realizar una /h/ aspirada que no se oiga antes de la vocal.

No utilizar aire residual: nunca debe hablarse con el resto final de aire y sentir sensación de ahogo. Siempre ha de sobrar algo de aire.

Hablar en el tono óptimo, ni más agudo ni más grave. El tono adecuado es aquel con que se obtiene el máximo rendimiento con el mínimo esfuerzo.

Hidratarse correctamente: para vibrar con eficiencia, la mucosa laríngea debe estar lubricada con una capa de moco.

Evitar tensiones en la musculatura de la cara, el cuello y los hombros. Debe evitarse tensar la lengua o la mandíbula y apretar los dientes durante el habla.

Recomendaciones sobre la persona

No fumar: el tabaco es un importante factor irritante para la laringe. Es una de las principales causas de cáncer de laringe y de otras afecciones, como el edema de Reinke.

Evitar el consumo de cafeína, teína y alcohol: el exceso de estas bebidas tiene una acción diurética sobre el organismo que reduce la hidratación de las cuerdas vocales. Son buenas medidas tomar bebidas sin cafeína, beber agua, beber bebidas isotónicas y beber un vaso de agua por cada taza de café que se tome. El alcohol es irritante, produce reflujo, congestiona la mucosa laríngea y hace que la nicotina y los hidrocarburos del tabaco penetren hasta la capa basal del epitelio.

Descansar correctamente: la fatiga general del cuerpo se refleja en la voz. Cuando no se descansa bien y se duerme poco, se produce una hipotonía por cansancio y la voz es más grave y aérea. Hay que dormir y descansar antes de utilizar mucho la voz, sobre todo los profesionales, y ser especialmente cuidadoso al viajar.

Evitar las bebidas muy frías o muy calientes: irritan la faringe, que forma parte del sistema de resonancia de la voz.

Mantener una alimentación sana: la dieta es importante para evitar digestiones pesadas y favorecer el movimiento diafragmático. Deben ingerirse alimentos que se digieran fácilmente (en especial cuando se va a utilizar la voz de manera profesional), y es conveniente comer hora y media o dos horas antes del uso de la voz. Deben evitarse el alcohol en exceso y las comidas muy picantes o condimentadas que producen reflujo faringolaríngeo.

Si se padece una disfonía de más de 15 días de evolución, debe consultarse con el especialista.

Mantener una postura correcta: la postura inadecuada produce compensaciones musculares que pueden afectar a la laringe y al cuello.

Atender a los síntomas de alarma que nos da el cuerpo: aumento de las disfonías, mayor tiempo de recuperación, incremento de la fatiga vocal y cambios acústicos en la voz.

No ingerir medicamentos sin prescripción médica: algunos fármacos producen efectos negativos sobre la laringe, como sequedad de la mucosa.

Por: Antonio Sánchez Ferrando

Referencias

  • Casado Morente, J. & Pérez Izquierdo, A. (2009). Trastornos de la voz (1st ed.). Archidona, Málaga: Ediciones Aljibe.
  • Cobeta, I; Núñez F.; Fernández, S., (2013). Patología de la Voz. (1st ed). España: SEORL PCF.
  • Bustos Sánchez, I. (2013). Intervención logopédica en trastornos de la voz (1st ed.). Badalona: Editorial Paidotribo.

Imagen: Pixabay

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