Uno de los aspectos más curiosos de nuestra especie es nuestra capacidad para actuar de forma contradictoria: pasamos gran parte de nuestra vida trabajando o estudiando con la esperanza de tener, en un futuro, más tiempo libre; descansamos haciendo ejercicio pero trabajamos sentados (algunos); hacemos dieta comiendo solo carne (mal, no lo hagáis); defendemos los derechos de los animales, pero nos los comemos; proclamamos la guerra para mantener la paz…
Sorprendentemente, algunos de estos comportamientos antagónicos son perfectamente compatibles, como ser egoísta siendo solidario. Es un aspecto muy curioso de la Salud Pública.
Una población sana es una población productiva, cuyos años de vida y de consumo, se ven aumentados. Pero, en contra de lo que parece, este artículo no va sobre la utilidad del sistema sanitario en sí, sino sobre por qué estaríamos todos muertos si no fuese por la egoísta cooperación internacional entre gobiernos.
En noviembre de 2002, en China, apareció el primer contagio conocido del Síndrome respiratorio agudo grave, provocado por un coronavirus originalmente animal, que se cree que mutó y pasó a infectar también al ser humano. En julio de 2003, el recuento total fue de 8045 infectados en casi 30 países y 765 muertos. Es una cifra que si bien se aleja de barbaridades como el Holocausto, pero es muy preocupante considerando que habría sido MUCHÍSIMO más alta si la OMS no hubiese declarado una alerta internacional y se hubiesen tomado medidas en aeropuertos y hospitales para prevenir el contagio y aislar a los enfermos y posibles contactos. La actuación no fue perfecta, sin duda, porque China no alertó de los contagios hasta pasado un tiempo, y las medidas a nivel internacional no se adoptaron hasta que el número de muertos no comenzó a crecer, pero sin duda se logró frenar esta epidemia. Gran parte de lo que sabemos de este suceso se debe a estudios retrospectivos; en su momento había que actuar sobre la marcha, y rápido.
Para poner en perspectiva la importancia de la cooperación internacional hay que darse cuenta de que no todos los sistemas sanitarios son iguales en cada país, tanto por la cantidad de medios como por la facilidad de acceso a estos. Si en países con sistemas sanitarios más deficitarios hay un brote epidémico, esté durará mucho más tiempo y tendrá una mayor probabilidad de extenderse a los demás países, y las enfermedades ganan por número (aún con el mejor sistema sanitario no puedes curar a las personas si los médicos también están enfermos). Por eso es crucial que si se da un brote en un país de este estilo, no se escatime en recursos y personal para ayudarles y cortar de raíz el problema. Aunque solo sea por egoísmo, para salvarnos el culo.
Si jugáis al Plague Inc., un fantástico juego de ordenador y móviles basado en crear un patógeno e infectar y matar a toda la población humana, os daréis cuenta de que la mejor forma de empezar una partida es plantando el patógeno en países donde los sistemas sanitarios no llegan a todos (India y África no son malos sitios para plantar vuestra semillita del caos). Conseguidlo y echadle un vistazo, veréis que la única forma que tiene la humanidad de salvarse (y de haceros perder la partida) es cooperar entre todos y desarrollar una cura a nivel mundial.
A aquellos que les sigue pareciendo trivial mi artículo por poner de ejemplo un virus que solo mató a 765 muertos, les pongo como segundo ejemplo la fatídica fiebre amarilla de 1918 (100 años antes!!!!) que dejó entre 20 y 40 millones de muertos. En aquel entonces no existía una OMS preocupada por que no nos muriésemos. No hubo ni control ni cooperación (en parte por el desconocimiento), y el precio lo pagaron nuestros antepasados.
Con el aumento de las resistencias a antibióticos por parte de las bacterias, la globalización imparable, y la aparición constante de nuevos virus (la OMS ya está preparada para la aparición de un nuevo Patógeno X), no parece descabellado pensar que los próximos 50 años estarán protagonizados por un marcado aumento en la mortalidad por enfermedades infecciosas. Estaremos preparados.
Alexander Lugilde Guerbek
SRAS:
https://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%ADndrome_respiratorio_agudo_grave
Fiebre amarilla:
https://es.wikipedia.org/wiki/Pandemia_de_gripe_de_1918