Carta al director
Saludos amigos y amigas de Salus, nuestra revista sanitaria.
Soy graduado en fisioterapia por la UCAM, navarro, pamplonés y… ¿exiliado en Francia?..¿Aventurero buscando una vida mejor? ¿Cobarde por no intentar “levantar la tierra que me vio nacer”?
Para entender un poco el sentimiento de muchos compañeros fisioterapeutas, hartos del trato que se nos da en este, nuestro país, en el que es más sencillo y barato abrir una clínica y cometer intrusismo laboral antes que abrirla, pagar tus impuestos y no meterte en competencias de otros; o enseñar a nuestros paisanos a diferenciar entre fisioterapeuta y masajista (terapéutico versus estético)…o ver que el precio propuesto por las mutuas o convenios es tan irrisorio que realmente nos preguntamos, yo el primero, si realmente queremos sanidad de calidad… o lo duro que es dejar a nuestras familias y escuchar la típica frase de… “abandonáis España en crisis para dejarnos todo el muerto, cobardes”. ¿Es un éxodo o un exilio, el abandono del país por parte de miles de “fisios”, (entre otros profesionales de la salud)? Me centraré en el mundillo de la fisioterapia, ya que la salida del país no es sólo nuestra, sino de muchos profesionales bien formados de nuestro país. Un país, ahora mismo, inmerso en “batallitas de identidad”, mientras se ignora los verdaderos problemas sociales.
Antes que nada, me quiero referir al exilio, como al hecho de huir o ser expulsado de tu país. Y a “Éxodo”, como la búsqueda de una tierra prometida, por ejemplo, en Francia.
Sí, señor@s, Francia. Ese país del que tantas veces habremos bromeado, entre humor, rivalidad histórica, hermandad o diferencias culturales. Pues sí, los que para nosotros “pitan a Nadal” y ya es un dilema nacional, son de los países en los que mejor se nos ha acogido y ayudado a progresar (a veces, con una seguridad que echamos en falta en España).
Si usted se ha sentido… estafado por los políticos y la «impuestada» de turno consecuente; abandonado por las instituciones; engañado por las empresas en las que “nos pagan” 2 “euricos” el paciente y sientes que te “aun te perdonan la vida”, sí, a ustedes sobre todo, les presento la experiencia de mi nueva vida en Francia.
Nada es fácil, como comprenderéis, adaptarse, sin antes conocer que Francia es uno de los países donde la burocracia y los papeleos están “a la orden del día”, siendo uno de los grandes problemas que afectan, no sólo a los extranjeros, sino a los propios franceses.
Para empezar, en Fisioterapia, las 1500 “horicas” de trabajo y prácticas, distribuidas por especialidades para la convalidación del Título, son el primer escollo difícil. Más que nada, porque en España “abusamos” de la traumatología. Rara vez encontraremos trabajo de respiratorio, o ginecología, o urología, pediatría… por lo tanto, “apáñate” de poder pedir, sobre todo en las prácticas de hospital, los certificados necesarios y las horas de las 6 especialidades demandadas.
Tras pedir la autorización de ejercicio y rezar a vuestros respectivos “ídolos” o profetas, viene el primer “juicio final”, es decir, que acepten tus “papeles” traducidos, bien ordenados, con las horas de trabajo y prácticas, los antecedentes penales y… un poco de polvo mágico. ¿Para qué? Para que, en la Comisión del departamento “de turno”, no les den por pedirte unas cuantas horas más de prácticas en centros que ellos llaman “homologados”. Uf, no fue mi caso, pero a los “afortunados”, les ha costado “el oro y el moro” encontrar alojamiento, centro y, sobre todo, tiempo y dinero.
Ahora, híper importante y lógico, nuestro nivel de idioma. Mientras optamos por comenzar en un centro termal, del que nos “pintarán” muy bonitas ofertas algunas agencias de trabajo (ojito no terminar en un pueblo perdido), nos haremos a un idioma y unas gentes de las que, aun teniendo un C2 de EOI, podréis entender un 20% de francés y un 80% de idioma alienígena, no por ellos, sino por la rapidez a la hora de hablar y los acentos. Sí, amigos y amigas, no es su culpa, pero “sentirse como un chino” o “hablar francés como una vaca española”, es lo más parecido que escuchareis dentro de las bromas, sin mala fe, locales.
Pedir la “carte vitale” (seguridad social), colegiarse (fundamental), o abrir una cuenta en un banco, es lo más parecido al purgatorio. No sólo os tendréis que armar de paciencia, sino que, a la hora de colegiarse, el hecho de enfrentarse a una comisión y a un examen, sólo será fácil para los que dominen la lengua con un nivel de B1 para arriba. O lo pasáis, o trabajareis “de ilegales” aun teniendo la autorización de ejercicio; así que, andaros con “mucho ojito” camaradas, si no queréis volver al proceso inicial y haber perdido vuestro lujoso tiempo.
Mi opción tras el balneario y habituarme a los distintos dialectos de la cantidad de gente que os encontrareis en dichos establecimientos, fue la de entrar en lo “liberal”, gabinete privado y autónomo. Sí, estamos cerca de empezar a ver un “dinerito” y de tener un “caché” dentro de la sociedad francesa, con muchos posibles pacientes y mucho que vais a aprender.
Peeero.. como trabajador dentro de esta Vieja Europa de ”corruptelas”, deberéis hacer vuestra primera declaración de impuestos, más, utilizar una de las palabras favoritas del país, PAYER, pagar o como queráis.
PAGAR: la URSSAF (para liberales), KARPIMKO (jubilación), ORDRE DE KINÉS (muy barato, pero 280 euricos al año para el colegio), el contable (una burrada para lo poco que pensaréis que hace), la empresa de control de impuestos (si no, 25 % de más que pagaréis de impuestos el año siguiente) y…. vuestro alojamiento, comida, etc. Dicho esto, de todo lo que facturéis, echarle que entre un 50 o 60 % de ello, irá a impuestos y tasas. Si han llegado hasta aquí, sin haber fallecido en el intento, el túnel habrá “casi” terminado. ¿Merece la pena? Por supuesto que sí…
Y digo “por supuesto que sí”, porque, los franceses, no son los mismos que en la época de Napoleón. Quizá algo más cerrados, pero, generalmente, muy simpáticos con los españoles. Mientras que nosotros nos preocupamos de qué soy, qué bandera llevo y si soy más español o menos que tú; ellos, se sienten de “su comunidad”, pero franceses de “la marsellesa” al 100 %. Bueno… vale, algo menos, si hablamos con los habitantes de Córcega.
Su amor por España es tal, que las visitas a La Jonquera para comprar alcohol y tabaco, los toros, “vamos a la playa”, “cerveza por favor”, “¿eres de Cataluña o de Andalucía?”, “adoro Murcia, Alicante y Andalucía” y “las tapas”, es la base de conversación para principiantes para con nosotros. Aparte, en el sur, hay tal cantidad de “descendientes de españoles”, que os sentiréis prácticamente como en casa.
Sus horarios…la comida, a las 12; la cena, a las 19; ¿después? Todo cerrado salvo el McDonald’s, el cine y algún “bareto” entre semana. Vaya, ahora viene la pregunta del millón, ¿hice bien en elegir ciudad pequeña o grande? Las pequeñas, les faltan servicios, pero sobra tranquilidad. Las grandes, tienen de todo, pero “atasco” fijo y el enemigo público para el bolsillo… ¿os suena EL RADAR? No es de extrañar que el archi-conocido “gamberro de youtube” Remy Gaillard, aparezca en varios de sus videos “haciendo el vándalo” contra estas máquinas sacadineros.
Adorado sea el deportista, ciclista, atleta o “amante de la naturaleza”… pues, si alguno de ustedes es capaz de aguantar medio año sin una multa de radar, es usted un Messi de la conducción, o lleva consigo “la flor de Zidane”. Esa suerte que algunos tienen para ganar siempre, en el último minuto, justo cuando la cosa se complica. Por cierto, poner vuestra mejor sonrisa, pues el flash es delantero, asique, ya que pagáis, que sea un momento divertido.
Dentro de la gastronomía… aunque “la nuestra” sea de las mejores, la suya no está tan mal. Desde utilizar la “creme freche” para casi todo, las pizzas a feu de bois buenísimas, la patisserie extraordinaria (en pastelería nos dan un repaso), la tal cantidad de quesos existente (que hasta tienen su “ratico de quesos” entre el 2º plato y el postre), los pescados, las carnes, los vinos, champagne.. tienen tantos y tantos productos de calidad, que nos van a obligar a dejar la dietita.
Para terminar con nuestro objetivo, o vía de trabajo, las formaciones en fisioterapia son, abundantes, bastante bien preparadas para lo práctico y… lo mejor, EN ALGUNAS TE PAGAN POR REALIZARLAS O TE SUBVENCIONAN CASI LA TOTALIDAD. ¿Te pagan por estudiar? ¿Es una broma? Pues no, hombres de poca fé… existe, y es tan real, que si aquí se aplicaran el cuento, fijo que no habría tal cantidad de abandono escolar.
Conclusión, ¿éxodo o exilio? No lo tengo aún claro, pero, créanme, aunque el comienzo sea duro, es una aventura trepidante, arriesgada, con una muy buena recompensa y una de las mejores decisiones de mi vida. Por ello, sueñen, crean, nunca abandonen, porque nuestro futuro, quizá esté más cerca de lo que pensamos.
“À bientôt mes amis”. ¡Hasta pronto! ¡Os espero !
R.S. Esparza (masseur – kinésithérapeute)