Cuente cuántas veces ha ido al médico este año. Ahora haga lo mismo con los demás años de su vida y súmelas. ¿Da más de 10, verdad? Seguramente dé más de 20. Y con toda certeza serán tantas que ya ni se acuerda, porque seguro que sus padres también le llevaban asiduamente al médico en su infancia.
“Los españoles acuden una media de 8 veces al año a un centro sanitario, un 40% más que el promedio de la Unión Europea. Y a las Urgencias más todavía, por lo que es raro el día que no están llenas, igual que las consultas del médico de familia.” – extracto de un artículo
Tome conciencia de lo que cuesta todo esto, unos 90 euros por ir al médico de familia, y alrededor de 200 por acudir al especialista. Sorprendentemente, en Estados Unidos los costes medios son similares, 60$ por acudir al médico de familia y 230$ por el especialista. La diferencia está en que seguramente usted no haya pagado el precio completo, a diferencia de los americanos.
“¡Pero yo pago mis impuestos, así que claro que tengo derecho a ir al médico tantas veces como quiera!”.
Claro, y como paga sus impuestos, tiene derecho a saturar el sistema, y que éste no pueda pagarle la medicación a gente que lo necesite o no detecte a tiempo a enfermos curables. ¿Cuántas de las visitas que ha hecho al médico han sido por síntomas gripales o pasajeros? ¿Cuántas veces ha ido por urgencias en vez de pedir cita con el Médico de Familia? Eso, aunque solo sea una vez, es abuso. Y lo hemos hecho todos.
En Estados unidos una visita a Urgencias puede salirle por 5.000 euros (por estar solo 4 horas). Si hiciésemos caso a aquellos que dicen que habría que cobrarle el precio íntegro de las urgencias a la gente que acudiese a ellas en vano, sería una medida extremadamente eficaz, pero que conllevaría a una inevitable disminución de la detección precoz de enfermedades, con lo que al final probablemente el ahorro no sería tanto (cuesta muchísimo más tratar a un enfermo grave que prevenir el empeoramiento de una afección menor detectada en la consulta). ¿Cuál podría ser la solución pues? ¿Cómo podemos hacer que la gente, hipocondríaca de base (y con razón), no tirase tanto de un sistema que lleva cayendo desde sus inicios?
Hay varias propuestas. Algunos abogan por incidir más en la educación ciudadana, pues resultaría en detecciones precoces de diversas enfermedades, y descartaría otras. No obstante, el límite de esta medida no está del todo claro. Nos informan del cáncer de mama, de la diabetes, de la enfermedad celíaca, de la PCR y la RCP, de la obesidad, de la dieta y hasta de los ciclos del sueño. Para un profesional de la salud no es difícil, pero para un ciudadano de a pie es complicado recordar todo. Es más, hay gente que dice que un nivel educativo superior (universitario frente a primario) resulta en una mayor supervivencia en pacientes oncológicos debido a una detección precoz de síntomas. Sin embargo, los estudios sobre esto se contradicen, por lo que la educación, en este caso, no es la medida más fiable.
También hay quien defiende un sistema sanitario mixto, de forma que a todo paciente que acuda a urgencias por algo no grave y diagnosticable en la consulta del médico de familia le sea cobrada su estancia (obviamente le saldría más barato que una urgencia de verdad). Si, por contra, fuese una urgencia de verdad, el coste lo asumiría la Seguridad Social. Desde luego es una opción, ¿pero hasta qué punto funcionaría? ¿se detectarían menos casos? Las críticas sociales estarían aseguradas, con más o menos razón, dependiendo del grado y calidad de implantación de esta medida.
Hay una tercera tendencia que está en auge, y es la atención médica a distancia, ya sea telefónica o por vídeo (esta última en un futuro y gracias a los smartphones). Desde luego permitiría menos desplazamientos para el paciente y permitiría hacer un cribado de los casos más graves de forma casi instantánea, pero ¿hasta qué punto puede sustituir una exploración física? El médico probablemente siga empleando el mismo tiempo que en una consulta. Indudablemente es algo que habría que probar antes de implantar.
Yo, personalmente, no me decanto por una u otra propuesta, pues todas tienen sus pros y sus contras, pero sí recomendaría a la gente joven la regla de las 2 semanas: “Si no es algo que sangre, duela mucho, o esté todas las mañanas, espera dos semanas”. Básicamente porque los procesos infecciosos que duran menos de 2 semanas suelen ser víricos y se resuelven por sí mismos.
Alexander Lugilde Guerbek
Agradecimientos a Ángel Fraga Varela por la inspiración
Los españoles acuden una media de 8 veces al año a un centro sanitario, un 40% más que el promedio de la Unión Europea. Y a las Urgencias más todavía, por lo que es raro el día que no están llenas, igual que las consultas del médico de familia.
http://www.granadahoy.com/granada/cuesta-Sanidad_0_316768397.html
https://www.debt.org/medical/doctor-visit-costs/
“Para que nos quejemos de España”, 5.000 euros por 4 horas en urgencias
Estudios que se contradicen
Estudio en cáncer gástrico:
“Among socioeconomic factors, only higher education level was associated with better survival. Increase in survival was also associated with clinical outcomes, including total number of chemotherapeutic agents used and disease control after chemotherapy.”
Choi IK1, Hyun JJ, Kim SY, Jung SW, Koo JS, Kim JH, Yim HJ, Lee SW.
Oncol Res Treat. 2014;37(6):310-4. doi: 10.1159/000362625. Epub 2014 May 12.
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24903761
Estudio en cáncer de pulmón:
“The relationship between education and survival without adjustment for known prognostic factors was not statistically significant (Fig 1; Table 2). Two descriptors of low education were added to the multivariable clinical model presented in Table 4 to determine whether low education provided any prognostic information beyond that provided by known prognostic factors. The resulting likelihood ratio test showed that neither an education less than 8 years nor an education less than high school, were significant predictors of poor survival.”
J Clin Oncol. 2008 September 1; 26(25): 4116–4123.
doi: 10.1200/JCO.2008.16.7460
http://pubmedcentralcanada.ca/pmcc/articles/PMC2654374/
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Autor: Desconocido. Dueña del blog: Las mil y una noches… de pediatría. Confesiones de una ya no tan nueva pero igualmente inexperta pediatra, ilusionada por la etapa que comienza.
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