Descrito por primera vez en 1923 por el psiquiatra francés Joseph Capgras, este delirio se identificó en una mujer conocida como “Madame M.”, que se quejaba de que unos “dobles” habían suplantado la identidad de su marido y de otras personas cercanas. Empeñada en que su marido no era con el que se había casado, pero sí alguien muy, muy parecido que había ocupado su lugar durante nada menos que 10 años, Capgras y un colega llamaron a su desorden “ilusión de los impostores”.
Inicialmente se consideró un desorden puramente psiquiátrico, ya que el delirio se asemejaba a los síntomas positivos de la esquizofrenia, y además se pensaba que era exclusivo del género femenino, formando parte de lo que en la época se describía como “histeria”.
No fue hasta los años 80 del siglo pasado que se empezó a ver que este desorden tenía relación con lesiones cerebrales orgánicas o degeneración que a priori no se consideraban relacionadas. En la actualidad, el síndrome de Capgras se interpreta como un desorden neurológico debido a estas lesiones orgánicas, normalmente asociadas a demencias, enfermedades neurodegenerativas o esquizofrenia paranoide.
El neurocientífico Ramachandran va más allá y teoriza que el origen de este síndrome se debe a una desconexión entre el córtex inferotemporal, donde se reconocen las caras, y el sistema límbico (en concreto, la amígdala), asociado a las emociones. Por eso, los afectados pueden reconocer a las personas pero no sienten ese apego emocional hacia ellas, creando la ilusión de que son impostores haciéndose pasar por los seres queridos.
Mar Sánchez
Imagen: Los Simpsons
Has escogido una imagen perfecta para ilustrarlo.
El síndrome de Capgras es una clásico en la cultura popular, puede que por lo llamativo del mismo.
Felicidades por el artículo.
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Muchas gracias!
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