El uso del cannabis con fines médicos es un tema de gran controversia. Recientemente (a principios de este año 2017) un comité de expertos de las Academias Nacionales de Ciencia, Ingeniería y Medicina de EEUU, redact un informe de casi 400 páginas donde dan diferentes conclusiones sobre el uso de esta sustancia, señalando diferentes beneficios y perjuicios según la evidencia científica.
Con el objetivo de aclarar si podría tener algún uso terapéutico hicieron una revisión exhaustiva de artículos científicos, según la información que obtuvieron elaboraron diferentes categorías según el grado de evidencia que obtuvieron: conclusiva, sustancial, moderada, limitada e insuficiente.
Algunas conclusiones afirman que hay evidencia para pensar que diferentes componentes se podrían usar como antieméticos en náuseas y vómitos inducidos por quimioterapia, en adultos con dolores crónicos podrían tener más posibilidades de reducir los síntomas de dolor y en adultos con esclerosis múltiple podría mejorar los síntomas de espasticidad. Respecto a otros usos como que mejora el sueño en pacientes con apnea del sueño o fibromialgia entre otros la información es insuficiente para pensar en sus posibles usos, por lo que requeriría de más investigación.
También hablan de sus principales perjuicios, que deben ser tenidos en cuenta, los principales a destacar serían: el deterioro momentáneo del aprendizaje, la memoria y la atención; así como el riesgo de desarrollar y empeorar esquizofrenia u otras psicosis. Además, advierten de su peligro al conducir o manejar maquinaria. Y recalcan que la forma más perjudicial es la administración fumada, la cual empeora síntomas de afecciones respiratorias y facilita episodios de bronquitis crónica.
Estas son solo algunas de las conclusiones que se pueden leer en el informe, donde también mencionan que la evidencia es limitada para afirmar que pueda aumentar el riesgo de un infarto, ictus o acelerar la prediabetes.
El problema está en que actualmente la investigación de sus posibles beneficios, así como de sus perjuicios, está muy limitada por las leyes, ya que actualmente está definida como sin uso médico aprobado y con alto riesgo de abuso, pero según este informe podría tener un gran potencial en el tratamiento de algunas enfermedades o al menos para paliar sus síntomas, por lo que podría ser adecuado el permitir su investigación, siempre con las restricciones necesarios y desde un ámbito médico.
Fernando García
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