Desde siempre intelectuales y científicos han intentado predecir los avances de la humanidad. Una de las predicciones más aceptadas entre la comunidad científica es que, en un futuro no muy lejano, las mujeres no se quedarán embarazadas, y los niños serán gestados en probetas. ¿Parece absurdo, verdad? ¿Por qué las mujeres iban siquiera a plantearse no tener ellas mismas a sus hijos sin ninguna razón o causa mayor que las obligase a ello?
La respuesta está en las increíbles ventajas, tanto a nivel demográfico como individual, que supondría una gestación artificial.
Desde el punto de vista médico, quedarse embarazada supone para la mujer pasar por cambios fisiológicos, hormonales y mentales muy drásticos, además de suponer un riesgo constante para su vida y la de su bebé. El embarazo, sobre todo después de los 30 años, incrementa enormemente el riesgo de contraer cáncer de mama, e influye en el desarrollo de otros tumores a consecuencia del cóctel de hormonas presente en su cuerpo durante al menos 9 meses y que deja efectos permanentes. Quedarse embarazada supone cambiar de estilo de vida y tomar ciertas precauciones para salvaguardar a la vida dentro de la mujer de sustancias potencialmente nocivas, golpes y otros factores ambientales que puedan suponer malformaciones para el feto y abortos espontáneos. Por último, el parto es un proceso muy complicado no exento de riesgo también, y que se cobra la vida de muchos bebés y madres en todo el mundo.
Desde el punto de vista económico, quedarse embarazada supone una interrupción de la actividad laboral o social normal y, dependiendo del país en el que se viva, supone una carga tanto para la mujer (que no puede desenvolverse en su profesión o trabajo) como para la sociedad (que tiene que reemplazar a esa trabajadora con otra persona). También implica un cambio en la alimentación y, de nuevo dependiendo del país en que se viva, implica una previsión de gastos sanitarios para la gestante y/o el Estado en el que vive.
Desde el punto de vista demográfico, el embarazo no es el único factor que condiciona la disminución de la natalidad en países del primer mundo, pero sí es una causa a tener en cuenta.
Cuando se puedan coger los gametos de ambos progenitores, inducir la fecundación y gestar una nueva vida en el laboratorio se habrá logrado evitar por completo el embarazo.
Las ventajas que esto supone son muy atractivas.
Se podrá hacer un diagnóstico de embriones para descartar enfermedades genéticas, elegir el sexo y ciertas características fenotípicas (¿A quién no le gustaría tener un bebé lo más sano posible?). Las mujeres no tendrán que pasar por tantos cambios hormonales ni someterse al riesgo del parto o la pérdida del bebé; su riesgo de cáncer disminuirá notablemente y su esperanza de vida hará justo lo contrario.
Los estados y las madres ahorrarán enormemente en Sanidad (una vez el proceso de gestación artificial sea rentabilizado) y las mujeres podrán compatibilizar mucho mejor el tener un hijo con perseguir sus objetivos profesionales. La productividad de los países que implanten esta medida también se verá aumentada debido a la implantación de una nueva tecnología y a la no interrupción del contrato laboral debido al embarazo.
La natalidad en países desarrollados aumentará y paliará el envejecimiento de la población, gracias a que tener hijos será más fácil y más barato.
Hasta aquí todo bien, ¿no? Desde luego, de no ser porque hay una serie de desventajas muy marcadas que hay que tener en cuenta si se implanta esta medida.
- Nunca debe ser forzado. La mujer debe poder decidir, de forma informada y voluntaria, cómo y cuándo quiere quedarse embarazada.
- Se podrían crear seres humanos en secreto para fines experimentales (a lo peor se está haciendo ahora…)
- “Las mujeres son nuestras mujeres hasta que se convierten en las madres de nuestros hijos” es un dicho muy irrespetuoso hacia la mujer, pero que evidencia sin embargo la conexión que tienen las madres a sus hijos por el hecho de haber estado embarazadas y haber estado sometidas a cambios hormonales y psicológicos. Los niños gestados de forma artificial podrían no tener una relación tan saludable con sus madres como los niños naturales.
- Como todo avance científico, una cosa es que esté inventado y otra es que esté disponible a toda la población. Los países podrían proporcionar el servicio de gestación artificial a cambio de un beneficio; o lo que es más probable, que no se implante en todos los países a la vez y que aquellos que tengan esta tecnología cuenten con una ventaja significativa sobre otro países que no la tengan.
- Existe el peligro de que esta técnica se implante antes de que sea estudiada bien a fondo, y sus consecuencias sean mucho peores de lo predicho.
Pues bien, dejo al lector que determine por si mismo si vale la pena el riesgo, o si realmente aún nos falta trabajar mucho más, no solo en la Medicina, sino en lo social.
Por: Alexander Lugilde Guerbek
Dedicado a AEGME y USCIENCE
Pasemos la antorcha
http://ww5.komen.org/KomenPerspectives/Does-pregnancy-affect-breast-cancer-risk-and-survival-.html