A muchas personas les ha ocurrido que, al tocar la radio con la mano o simplemente acercándose a ella perciben que se acumulan o se pierden las interferencias. Dicho fenómeno ocurre porque el cuerpo humano es capaz de absorber las ondas de radio, afectando su patrón hacia la antena. Por lo tanto si la persona se mueve, el patrón se alterará creando interferencia constructiva o destructiva dependiendo del caso. Si tocamos la radio, generalmente mejora la recepción ya que al absorber todas esas ondas la persona se convierte en una antena muy efectiva porque las señales se suman y el aparato recibe más claramente la información.
En función de nuestra posición, el resultado puede variar entre una mejora sustancial de la señal hasta volverla peor. Nuestro cuerpo tiene las dimensiones adecuadas para que la onda se vea afectada por nuestra presencia y es por ello que ocurren estas alteraciones.
Por: Paula Doria
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