La leche materna aporta enormes beneficios para el crecimiento correcto de los bebés y desempeña un papel muy importante en el reforzamiento de su sistema inmunológico.
Por ejemplo, cuando el bebé es infectado por microorganismos perjudiciales, pasan a través del pezón y la saliva del bebé al cuerpo de la madre; Entonces, el sistema inmunológico de la madre produce anticuerpos contra estos patógenos que volverán al bebé en posteriores tomas y eliminaran la infección. En cambio, los bebés que toman leche artificial tienen un sistema inmunológico inmaduro y son extremadamente vulnerables a los patógenos, de manera que se propagan rápidamente.
Además, un equipo de la Universidad Davis de California (EEUU) ha examinado dichas diferencias de lactancia durante los primeros seis meses de vida de monos bebé. Los que tomaban leche materna y los que tomaban leche artificial desarrollan sistemas inmunológicos distintos y estas diferencias se prolongan incluso seis meses después.
Por: Paula Doria
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