Pues seguramente, sí: si comes lento comerás menos o por lo menos te sentirás saciado antes.
Esto se debe al péptido 1 glucagonoide (GLP-1), una de las dos principales incretinas, hormonas producidas en los intestinos y liberadas al torrente sanguíneo como respuesta a la ingestión de alimentos.
Entre otros efectos, cuando el GLP-1 actúa en el hipotálamo ventromedial, el cual interviene en la regulación de la sensación de saciedad, si llega la cantidad suficiente de ésta hormona se produce sensación de saciedad, extinguiendo el deseo de comer. Teniendo en cuenta que el hipotálamo tarda en reaccionar al menos 10 minutos desde que empiezas a comer, cuanto más lento comas, menos comerás antes de sentirte “lleno”.
Pero ésta no es la única función del GLP-1: también está implicado en la homeostasia de la glucemia, regulando la secreción de insulina y glucagón de manera dependiente de la glucosa. Y aquí es donde encontramos relación con el tratamiento de la diabetes, especialmente en la diabetes mellitus tipo 2.
Por estas razones recientemente se ha visto que el GLP-1 junto con el GIP (polipéptido insulinotrópico dependiente de glucosa), que es otra de las principales incretinas, puede ayudar en el tratamiento de pacientes con diabetes mellitus de tipo 2, siendo un tema interesante en investigaciones donde se propone como una nueva alternativa terapéutica en la atención a pacientes.
Por: Fernando García
Imagen: Pixabay