Cuando el cuerpo está en reposo se utiliza menos oxígeno, la respiración se vuelve menos profunda y la sangre circula más lentamente. Para energizarnos estiramos nuestro cuerpo de manera instintiva y esto nos ayuda a sentirnos mejor y a estar más despiertos. Este estado de bienestar ha sido una incógnita para los investigadores durante mucho tiempo, pero aquí explicamos el por qué.
Primero, nos ayuda a aumentar la flexibilidad de nuestras articulaciones y músculos, los cuales han estado un largo período de tiempo sin moverse. Cuando nuestros músculos son más flexibles es más fácil salir de la cama. En segundo lugar, al estirarnos nuestra circulación sanguínea mejora mucho de manera que nuestros músculos reciben oxígeno rápidamente. Por último, gracias a que liberamos endorfinas, unas hormonas asociadas al placer, aliviamos el estrés y la tensión.
Al estiramiento también está asociado el bostezo, de manera que la sangre se enriquece con más oxígeno, ayudando a que también el cerebro reciba más oxígeno y, por lo tanto, aumente nuestra concentración.
Ahora sabemos los beneficios ligados al estiramiento y vemos que puede ser una solución efectiva cuando nos sentimos frustrados, estresados o perezosos.
Por: Paula Doria
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