La hemisferectomía es una intervención quirúrgica donde se extrae la mitad del cerebro y se utiliza en los casos más extremos. La mayoría de los pacientes adultos que se han sometido a dicha operación sufren algún nivel de parálisis en el lado opuesto del cerebro. Pero, ¿qué ocurre con los niños?
A edades tempranas, el cerebro demuestra el mayor nivel de plasticidad cerebral, es decir, es capaz de crear nuevas conexiones neuronales de manera más rápida y eficaz que en edades más tardías. Es por eso que nuestro nivel de aprendizaje es muy alto cuando somos niños, y somos como esponjas capaces de absorber enormes cantidades de información. Gracias a esta plasticidad cerebral, nuestro cuerpo es capaz de realizar todas las actividades de una persona normal con sólo… ¡medio cerebro!
La pérdida puede ser debida como hemos dicho a una hemisferectomía, pero también puede ser causada por un accidente o por un mal desarrollo embrionario. Pero nuestro cerebro no se da por vencido; lo que hace es crear en una misma zona todas las conexiones neuronales que deberían estar en la otra parte cerebral. Por lo tanto el niño se desarrolla de forma completamente normal ya que todas las actividades son asumidas por medio cerebro.
Por: Paula Doria
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