Cuando metabolizamos el oxígeno, una parte de este se convierte en radicales libres. Esto puede suceder por varias causas como reacciones químicas, por acciones enzimáticas o por efecto de las radiaciones ionizantes. Los radicales libres duran apenas unos microsegundos pero son moléculas muy reactivas, por lo que reaccionan con todo lo que tienen alrededor, pudiendo provocar un gran daño en otras moléculas y membranas celulares, tanto es así que nuestro cuerpo usa estos radicales libres (de forma moderada) para luchar contra bacterias y virus.
Para neutralizar esta acción nuestro cuerpo utiliza antioxidantes, que son sustancias capaces de neutralizar la acción oxidante de los radicales libres, podemos encontrar enzimáticos (siendo las más importantes Glutatión Peroxidas, Catalasa, Superóxido Dismutasa) y no enzimáticos (como vitaminas E y C, y la provitamina A o beta-caroteno, o en algunos polifenoles).
El estrés oxidativo aparece cuando las especies reactivas del oxígeno, a nivel intracelular, superan a las defensas antioxidantes de la célula. Lo cual conlleva un cierto peligro ya que al llegar a este estado, se altera la funcionalidad de las células, lo que puede influir en el desarrollo de enfermedades degenerativas como la ateroesclerosis, cardiomiopatías, enfermedades neurológicas, cáncer, entre otras. También se relaciona el estrés oxidativo con la mayoría de enfermedades que tienen origen en los excesos de alimentos, alcohol, tabaco y fármacos, en estilos de vida altamente estresantes y en la ausencia de actividad física.
Para ayudar a prevenir estas enfermedades tenemos que mantener el equilibrio entre radicales libres y antioxidantes. Pero ojo, porque si tomamos antioxidantes en exceso el cuerpo dejará de producirlos por sí mismo (ya que tiene los que necesita), por esto generalmente no es necesario suplementar la dieta con antioxidantes, salvo en condiciones especiales tales como alto nivel de estrés, actividad física o práctica de deportes donde se produzca daño físico. En cualquier caso, ante la duda, siempre es recomendable consultar a un especialista.
Autor: Fernando García
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