El 20 de diciembre de 2016, cual milagro navideño, el Tribunal Supremo anunciaba que derogaba el Real Decreto de la Troncalidad debido a sus inconsistencias a la hora de presentar una estimación del impacto económico que tendrá la implantación de la reforma.
Es sin duda una buena noticia para estudiantes de Medicina de 2º año como yo, que de repente nos vemos en una situación de estabilidad formativa mucho mayor que hace unos meses, cuando ya estaban saliendo los programas docentes de cada tronco a un ritmo acelerado. Al haberse caído todo eso hoy, sabemos que, en el peor de los casos, el ministerio de Sanidad tendrá que volver a construir la Troncalidad de 0, y eso son 5 años más por lo menos. Sí, estamos más seguros pero ¿estamos mejor?
Todos estos años, desde el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), se ha criticado de forma muy contundente pero también extremadamente constructiva la Troncalidad. Se ha dicho “ NO a la Troncalidad, pero si lo vais a hacer igual, hacedlo así, bien” y la verdad es que se les ha escuchado. No es de extrañar, si lo hacen mejor que aquellos que planean implantarla.
Hoy el CEEM ha ganado esta batalla, ¿pero es realmente una victoria? En opinión del autor, el Consejo no debería “entregar las armas”, debería seguir criticando el sistema actual con la misma vehemencia con la que combatía la Troncalidad. Porque lleva haciendo algo que hoy en día es extremadamente inusual: ofrece soluciones, ofrece alternativas.
Si la reforma del modelo educativo sanitario ha caído, ahora toca ver cómo podemos mejorar lo que ya está implantado desde hace años, no de forma abrupta y sobre la marcha como se pretendía, sino cómo se deben hacer todas las cosas que deciden la vida de otras personas: despacito y bien.
NO a la Troncalidad, pero SI al cambio reflexivo. SI a la mejora de la calidad en la enseñanza.
Alexander Lugilde Guerbek
Dedicado al CEEM, Residencia y Profesión y a Zona Safari.
Seguid luchando por el futuro de la Medicina