Hace unos años comenzó una tendencia dentro de los corredores de correr descalzo. Esta tendencia se expandió rápidamente, en parte gracias a los estudios sobre el tema de Lieberman, y al libro «Nacidos para correr«. Pero, ¿es realmente beneficioso correr descalzo? las revisiones actuales de los numerosos estudios sobre el tema, basados en la economía de carrera, los aspectos biomecánicos y las tasas de lesiones, concluyen que no hay una tendencia que sea más beneficiosa que la otra de manera general, es decir que no hay una tendencia que se pueda considerar mejor que la otra de forma sistemática, para todo el mundo.

Se han encontrado pocas evidencias sobre el vínculo entre correr con o sin calzado y las lesiones por sobrecarga (con excepción de fractura de tibia, lesión no muy frecuente). Tampoco han encontrado respuestas claras sobre si es mejor correr con calzado o sin él (o con zapatillas minimalistas) en relación con la economía de carrera, ya que se han obtenido resultados no concluyentes; Además habría que tener en cuenta los nuevos materiales para la amortiguación que cada vez son más ligeros, y el peso se supone que es una variable principal en cuanto a economía de la carrera.

Se ha observado que respecto a las zonas de cargas, dependiendo si llevamos calzado o no, van aumentando en unas zonas y disminuyendo en otras, por lo que pueden haber beneficios individuales al correr de una forma o de otra, pero no se puede dar una conclusión general de cual es más beneficiosa, por lo que correr con calzado o descalzo va a depender de variables personales (técnica de carrera, lesiones anteriores…). No obstante, si queremos empezar a correr descalzo hay que hacer un período de adaptación progresiva y adecuado, y conocer qué tejidos sufrirán más o menos carga y si realmente es lo que estamos buscando.

Por: Fernando García

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