La Fiebre del Nilo Occidental es una enfermedad muy extendida por Oriente y África, producida por el Virus del Nilo Occidental (WNV), un arbovirus (virus transmitido por artrópodos) perteneciente a la familia Flaviviridae, cuyo nombre se debe a que fue aislado por primera vez en 1937, de la sangre de una mujer procedente de Uganda (provincia del Nilo Occidental). De la misma forma que el Dengue y la Malaria, el WNV es transmitido por los mosquitos, generalmente los del género Culex, que transfieren el virus mediante las picaduras desde las aves, su principal reservorio, hasta los mamíferos (incluido el humano). Es en estos donde se desarrollan los diversos síntomas de la fiebre (dolores de cabeza, mialgia, fatiga, problemas gastrointestinales…), que no distan mucho de los de una gripe normal, pero que en algunos casos pueden derivar en problemas más graves como meningitis, encefalitis, poliomielitis y otras complicaciones más específicas (como la coriorretinitis, vitritis y neuritis óptica). Pero no hay porqué asustarse, ya que solo un 20% de los infectados manifiesta algún síntoma de la enfermedad, y tan solo un 1% llega a manifestar los síntomas más graves. Los casos de muerte por este virus son pocos y sólo se dan en personas mayores, inmunodeprimidas y/o con problemas cardiopulmonares.
Por: Roberto López
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