¿Es posible alargar aún más nuestra vida?

Según estudios recientes como el publicado por Jay Olshansky en la revista Nature, nuestra vida no puede durar mucho más que la de Jeanne Calment, una francesa fallecida en 1997 que ostenta el título de la persona más longeva de toda la historia con 122 años y 164 días. Esto viene indicado por estudios estadísticos que reflejan que en 150 años aunque se haya aumentado de manera increíble la esperanza de vida en países desarrollados, la edad máxima sólo ha variado unos 10 años y actualmente se encuentra estancada. Para explicar esto se ha planteado la hipótesis de que la muerte es resultado de uno o varios fallos en los miles de sistemas que regulan nuestro organismo, por lo que esa vida eterna requeriría el consumo de miles de fármacos y numerosos cuidados para mantener una calidad de vida después de la considerada “edad máxima”.