Ficha técnica:

Nombre: Desconocido.

Pseudónimo: Médico de la peste.

Nacimiento: siglo XVII (aprox).

Defunción: siglo XVIII (aprox).

Profesión: Médico, cirujano, aprendiz… lo que se tercie.

Especialidad: peste bubónica.

Aficiones: sanar, pinchar, sangrías (pero no Don Simón), cataplasmas y carnaval. Cito a mi personaje en la cafetería Zurich de Plaça de Catalunya, en pleno centro de Barcelona. Mientras espero, en la terraza, tomando un café solo, me pregunto cómo será entrevistar a un personaje que ha vivido la muerte tan de cerca. Alguien que, ataviado con una siniestra máscara, infunde terror con solo mencionarlo. Cuando por fin llega, se pide un café con leche y una pajita (obviamente) y se sienta delante de mí. Supongo que me mira bajo esas oscuras lentes… pero sólo puedo intuirlo. Yo pongo REC a mi grabadora…

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P. Buenas tarde. ¿De dónde viene ahora mismo?

R. Pues de ver a Alain Afflelou, que me gradúen los lentes que a mi edad… creo que había una oferta… un par de gafas de sol y te regalan una montura. Yo he dicho que la montura se la queden, pero que me rebajen los lentes…

P. ¿Y se lo harán?

R. Se lo están pensando…

P. Déjeme preguntarle por algo de lo más obvio… ¿Por qué una máscara con forma de pingüino?

R. ¿Y por qué Risto Mejide lleva gafas de sol en un plató de televisión? ¿Por qué Supermán lleva los calzoncillos por fuera? ¿Por qué beben los peces en el río?… Perogrulladas… Simplemente alguien decidió que quedaba más cool en mi época de joven.

P. Pero alguna función tendrá…

R. Sí. Solemos llenar el pico de hierbas aromáticas por aquello de los miasmas… ya sabes. Aunque a mí me va bien para guardar el móvil, el cargador y el paquete de tabaco y algo de maría (ríe).

P. Parece algo incómodo…

R. Todo es acostumbrarse. He de reconocer que lo jodido es cuando estás resfriado y tienes estornudos… no hace falta que te cuente más. Pero es una buena técnica para

hablar con personas y mantener la distancia personal correcta… que hay cada tipo por ahí que te hablan a dos centímetros de los ojos. En mi caso no pueden (ríe otra vez).

P. No quisiera entretenerlo mucho más. Dígame. ¿Por qué se hizo médico de la peste?

R. Primero probé con la jardinería y se me morían las plantas siempre… luego lo intenté como veterinario, pero no conseguí sanar a ni un solo perro… luego me dediqué a la carnicería y bueno… algo corté… pero me comí los mocos. Así que decidí ser médico de la peste.

P. Bien, para terminar, algo que quisiera decir…

R. Invita usted, ¿no?

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