La respuesta está en el mentol, una sustancia orgánica presente en la menta y sus derivados.
El mentol, cuyo nombre de la IUPAC es 2-isopropil-5-metilciclohexa-1-ol, engaña al cerebro al reaccionar con los receptores TRPM8, que interpretan un descenso de temperatura. Estas proteínas son canales de calcio dependientes de voltaje. Al unirse el mentol a este receptor, lo activa y permite el flujo de calcio a las células nerviosas, produciendo la sensación de frescor.
Por: Mar Sánchez
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